PROPUESTAS PARA UNA VENEZUELA PROSPERA

Proyecto Prosperidad es la visión de un país diferente. Un equipo de profesionales calificados, multidisciplinario, unidos por la filosofía humanista y cristiana, presentan al País Nacional sus propuestas en áreas como: la economía, la seguridad, el empleo, la salud, la educación, la pobreza, la vivienda,entre otras

viernes, 4 de febrero de 2011

ESTRATEGIA DE SEGURIDAD PARA VENEZUELA EN EL SIGLO XXI

Comision Asesora de Copei
G-B. Juan A. Herrera Betancourt Dr. José Machillanda P. G-D Fernando Ochoa Antich V-A Jesús Briceño
Trabajo elaborado por Dr. José Machillanda con soporte del Observatorio Politológico del Centro de Estudios de Política Proyectiva
Doc.-B – 034 (Versión Definitiva del Documento B)
El Estado venezolano suscribe la Seguridad como un valor imperioso de la sociedad, principio garante de la paz y promotor de la cooperación entre los Estados en el sistema internacional, para la conservación y crecimiento de la humanidad en su permanente desarrollo. Igualmente evoca y acepta el contenido de lo establecido en el derecho público internacional y en las obligaciones causantes por su participación como miembro de la Naciones Unidas, según lo establece el artículo 51 de su Carta constitutiva, y lo previsto en la Carta Democrática, aprobada por la Organización de los Estados Americanos, con sus organismos supranacionales - regionales, los cuales mantienen competencia normativa, interna y externa, de proyección internacional.
El Estado venezolano propicia la Seguridad Regional como una responsabilidad que le es propia y que debe ser instrumentada por el estadista como poder político de manera conveniente en el ambiente anárquico del continente americano, en el entendido de que el aumento en lo niveles de seguridad servirá como promotor de las relaciones de poder interestatales, consecuente con el mayor nivel de civilidad y respeto, tanto en la bilateralidad como en la multilateralidad continental. La seguridad como bien social y principio garante para mantener la paz global, regional y bilateral, atenderá con especial énfasis al cuerpo social venezolano promoviendo su moral, el crecimiento de una economía libre y un comercio amplio, el ejercicio de la cultura hispano americana, el crecimiento de la ciencia, la investigación y la tecnología en apoyo al desarrollo y al perfeccionamiento de la seguridad militar para neutralizar y destruir cualquier amenaza o riesgo interno al Continente.
El Estado venezolano prioriza la seguridad a lo interno de la sociedad, consciente de la necesidad primaria de preservar los valores y tradiciones de la socio-antropología del venezolano, en la cual influye de manera determinante el orgullo de haber sido factor fundamental en el proceso histórico que produjo la libertad de gran parte de Sur América y hoy, se adhiere al proceso de integración, cooperación, concertación y coordinación para reconocer un nuevo centro. Este nuevo centro integrador proporcionará ventajas relativas y competitivas a los latinoamericanos y a sus cuerpos sociales e instituciones en general, y en particular, respaldará la construcción de una zona de paz desnuclearizada en el hemisferio, y finalmente, permitirá potenciar las reservas ecológicas y acuíferas que simbolizan la preocupación de la conservación del medio ambiente y el principio de desarrollo sustentable.
El Estado venezolano en la construcción de la seguridad instrumentada por el estadista, orienta su actuación en las ciencias del gobierno para perfeccionar su inteligencia de Estado, con el fin de detectar posibles amenazas: tradicionales y nuevas; para contener pretensiones continentales y extra-continentales de Estados y de grupos de la delincuencia organizada transnacional, buscando de esta manera garantizar la seguridad como bien social y disminuyendo la vulnerabilidad estatal. La inteligencia de Estado viene dada por una diplomacia efectiva y sustentable que
haciendo uso de la "gran estrategia"-definida previamente por el estadista- facilite la proyección de la - "estrategia dura"- como mandato político que en operaciones de defensa ejecutará la maquinaria de guerra del Estado venezolano para el resguardo de la sociedad y preeminencia del Estado-Nación.
El Estado -vía sus instituciones especializadas- se abocará a la planificación, conocimiento, difusión y empleo de la concepción filosófica-militar, promoviendo el estudio de la seguridad, la polemología, la concepción clausewitziana de la guerra y el uso racional de la híper-tecnología en el objeto fundamental de la seguridad militar: la defensa. En consecuencia, el Estado promoverá el conjunto de acciones necesarias para aproximar la seguridad militar y resguardar los valores y derechos de la sociedad, instrumentar estrategias específicas, y garantizar el ejercicio de todo su poder para mantener una sólida capacidad militar del Estado.
Esta capacidad militar del Estado se basa en el fortalecimiento de una sociedad democrática, con alta moral y respaldo a los fines comunes y permanentes del Estado, con una economía sustentable, una opinión libre y un ejercicio transparente de la información en especial en lo atinente a la seguridad del Estado. La capacidad militar del Estado se sustenta y se estructura en una organización militar profesional con capacidad de operar con la híper-tecnología disponible y/o rentada con el fin de darle flexibilidad y alcance a sus operaciones previsibles frente a las probables hipótesis de conflictos o guerra. La capacidad militar del Estado tiene como referente operacional "al mosaico estratégico regional" y privilegia la cooperación y concertación en el ejercicio de la diplomacia con otros Estados. Así, la seguridad militar requiere de una definición estratégica, la maximización del profesionalismo del estamento militar, la organización del pie de guerra, el soporte logístico apropiado y un alto grado de tecnología que facilite su autonomía.
El Estado está obligado y será responsabilidad del poder político, invertir en el talento, recursos y tecnología para que al aplicar la estrategia, consolide con eficacia el empleo de la fuerza como poder, para alcanzar ese mismo objetivo tanto en lo internacional como en lo nacional. El empleo de la fuerza como poder siempre estimará el empleo de la persuasión, la disuasión y la diplomacia antes que la fuerza, pero, en su interés de garantizar la Seguridad del Estado será realista, entendiendo como natural y legítimo la aplicación de la teoría de la defensa del Estado como derecho que le asiste a Venezuela unidad estatal que atiende a su soberanía. La estrategia considerará las alianzas internacionales como un camino concurrente que, potencie y permita, conseguir el fin, es decir, la seguridad entendida como bien social.
El Estado y su estrategia para la seguridad, propicia la maximización del profesionalismo militar para superar el estadio de componente armado Late modern hacia el modelo híper-tecnológico que opera según la ecuación C4ISR (Comando, Control, Comunicaciones y Cibernética + Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento), con lo cual logra la disuasión, y de ser necesario la victoria militar. El militar y lo militar en el Estado en su búsqueda de seguridad, actuará en una dinámica interinstitucional a lo interno del sistema político venezolano, consciente de su subordinación al poder civil, ejercitándose y manifestando su capacidad militar, al comprender la guerra como ciencia y arte. Ese estamento armado privilegiará su capacidad, corporativismo y responsabilidad ante la sociedad fortaleciendo y respetando la Constitución, ejerciendo el liderazgo militar entendido como el de un
jefe militar, comandante natural, que hace uso de la ética como moral y ética aplicada.
El Estado, para alcanzar la garantía de su seguridad, establecerá en su componente armado, unas relaciones civiles-militares como una vinculación entre el poder civil y el estamento militar, propensas a la ejecución eficiente de la seguridad militar, ceñida a una pauta que respete el control del político sobre el y lo militar, cuidando de la autonomía operacional, persiguiendo la optimización profesional de sus cuadros mediante unas relaciones transparentes/ institucionales, ajustadas a la legislación vigente/ lo cual facilita el que el militar alcance su máxima eficacia operacional.
El Estado prestará especial atención al pie de guerra y a su organización, advertido como debería estar por la inteligencia estratégica, se preocupará por la organización y localización física cónsona a la posmodernidad militar y apropiada para que se logre la seguridad de tierra/ aire/ mar y zonas fluviales/ correspondientes a la longitud y latitud de Venezuela. Esta latitud y longitud muestran la importancia que tiene la seguridad militar especialmente en la preservación y custodia de su riqueza territorial, al igual que ante los espacios aéreos y marítimos, habida cuenta, los todavía existentes conflictos carolingios y el pujante desarrollo y uso que se hace del éter y el espacio marítimo por parte de muchos actores del sistema internacional.
La seguridad militar requiere la re-localización de sus organizaciones y dispositivos, proceso que demanda un programa necesario y una velocidad controlada para alcanzarla y facilitar el empleo de la organización militar tanto en las operaciones combinadas bilaterales, regionales y/o mundiales como de la seguridad doméstica si fuese necesario. El Estado en su responsabilidad por la seguridad militar considerará alianzas tecnológicas entendidas como una necesidad impuesta que evolucionará hacia relaciones interinstitucionales con centros de investigación nacionales y de otros Estados para alcanzar una tecnología autónoma de desarrollo compartido. Las alianzas en este campo serán garantes de su incorporación al fenómeno polivalente de la globalización y su corolario la interdependencia compleja/ que demanda del talento político/ estratégico/ operacional/ logístico y tecnológico, la investigación y estudio permanente para alcanzar metas competitivas y acceder al desarrollo de paradigmas en evolución que al operar conjuntamente limitan los riesgos, la impredictibilidad y la obligante auto-reflexión en el liderazgo político y en el ejecutor el liderazgo militar.
La seguridad militar que propicia el Estado obliga a la sobre posición entre la política y la estrategia. Este hiato impone el reconocimiento y ratifica la importancia de la seguridad y en extremo el uso de la seguridad militar en la actual sociedad de riesgo global, en la que la incertidumbre abarca casi el todo. El todo donde permanentemente se muestra a un mundo cambiante estremecido por múltiples fenómenos, de una gran velocidad en los hechos y con riesgos que abarcan desde la delincuencia organizada hasta el delito electrónico que actúan como desestructuradores socioeconómicos y políticos con graves impactos en la sociedad venezolana.
Política y estrategia como hiato de la postmodernidad hace que la seguridad militar se constituya en una respuesta política, como ejercicio de la teoría de defensa del Estado para garantizar a la nación venezolana y al Estado mismo, como ente jurídico representante en el sistema internacional para que actué previniendo y defendiendo a la sociedad de los riesgosos peligros que hoy la amenazan, peligros que son
mayores en esta sociedad de riesgo global, debido a sus graves ambivalencias y amenazas -ya no sólo nacionales sino trasnacionales que demandan una conducta vigilante del poder político y una acción previsible de seguridad por parte del componente armado.
El Estado en consecuencia está obligado a desarrollar una previsión y destreza para actuar estratégicamente frente amenazas y problemas históricos de seguridad en la región a objeto de anticipar la defensa nacional y ejecutar la seguridad como una estrategia total. Esa estrategia es necesario que sea - anticipativa- que procure detener los peligros del siglo XXI y que impida que se conviertan en reales amenazas/ para lo cual la estrategia contempla acciones que neutralicen o detengan tales peligros.
Estos peligros son para Venezuela en el inicio del siglo XXI, los todavía conflictos no resueltos o conflictos carolingios, el surgimiento de luchas ideológicas revolucionarias/ la presencia potencial de guerra de guerrilla, la real amenaza de la economía paralela, el terrorismo regional energético y los desastres ecológicos en el territorio nacional.
Conflictos Carolingios
El Estado venezolano reconoce como su territorio el correspondiente a la Capitanía General de Venezuela, Provincia del Imperio español. Este territorio históricamente ha sido pretendido en su costado Norte- Sur-Occidental y Oriental por otros actores internacionales, convirtiéndose tal pretensión en una causal de aplicación de la estrategia de seguridad militar como parte de la estrategia de seguridad anticipativa vigente hoy en el Estado venezolano. Nuestro país como Estado ha procurado avanzar frente a esta pretensión empleando la diplomacia para hacer valer sus derechos históricos, pero no ha sido exitoso en sus acciones, creándose una situación de inseguridad permanente que tiene su máxima expresión en la pretensión colombiana de hacer permanecer la Corbeta Caldas en nuestro mar territorial en 1987. Igual situación padece Venezuela en su costado Oriental, en el cual la existencia de un diferendo congelado crea una necesidad de seguridad militar.
Luchas ideológicas Revolucionarías
Venezuela como consecuencia del proceso de globalización y de los impactos que en la seguridad produce la hipertecnología, es consciente de la presencia, desarrollo y crecimiento de posibles guerras de identidades en América Latina. La guerra de identidades tienen como elemento de enlace confecciones ideológicas contrarias a la democracia, cercanas a la teoría marxista y al posmarxismo que instrumentadas por diferentes expresiones o grupos de poder se convierten en graves e inminentes amenazas para Estados construidos en la tradición democrática.
Guerra de Guerrillas
La latitud y longitud del territorio venezolano lo hace accesible por el costado Nor-Sur-Occidental y por el costado Norte de graves y vigentes problemas subversivos, que bien pudiesen aprovecharse de espacios en el territorio venezolano para aumentar la precariedad del Estado y crecer como guerra de guerrillas, constituyéndose en un grave factor de inestabilidad y en una real amenaza a lo interno del territorio nacional.
Economía paralela
El Estado venezolano limita con el más importante cartel de la droga conocido como el cartel de Medellín, el cual decidió que su commodity cocaína colombiana se deposite en vastos y críticos espacios del territorio nacional para su proceso de resguardo y comercialización mundial. Tan grave decisión del cartel de Medellín es factor de desmoronamiento de instituciones, cuerpos políticos, organismos de inteligencia y hasta organizaciones militares, convirtiéndose en una grave y lacerante amenaza para la estrategia anticipada y la defensa nacional.
Terrorismo regional energético
El Estado venezolano reúne grandes riquezas petroleras y de gas en un vasto territorio accesible al terrorismo regional con consecuencias impredecibles para la economía nacional e internacional, razón por la cual la amenaza sobre el campo energético requiere y demanda de todo una estrategia de previsión para el Estado venezolano.
Desastres Ecológicos
El territorio del Estado venezolano y sus polos industriales, energéticos acuíferos, de energía hidráulica y de producción de hierro y aluminio requieren por su gran importancia de una geoeconómica, de una previsión frente a los desastres naturales que pudieran comprometer el desarrollo y la vida en el país. Tal previsión apunta fundamentalmente a preservar la vida humana y a proteger recursos naturales de vasta importancia para el crecimiento y desarrollo económico del país.
G-B. Juan A. Herrera Betancourt Dr. José Machillanda P. G-D Fernando Ochoa Antich V-A Jesús Briceño

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